La espina que quiso ser flor o la flor que soñó con ser bailaora
Olga Pericet realiza en este espectáculo un viaje personal a través del baile que nace de la memoria, de las heridas, de los besos recibidos, del tiempo que la ha acariciado como si de un sueño se tratara, donde lo real y lo onírico se funden en un solo espacio-tiempo: su interior.
Un viaje artístico con un lenguaje personal que se adentra en lo desconocido partiendo de las raíces, para sembrar nuevas flores, creando un universo donde lo femenino y lo masculino, el humor y lo dramático tienen cabida a partes iguales, dando lugar al encuentro con las luces y las sombras del ser humano. Indaga con ferocidad en las imágenes guardadas en la memoria de una belleza extraña no siempre complaciente, donde lo oscuro pace en calma y se derrama por momentos a borbotones, para finalmente hallar la luz.
Una galería de juegos dramáticos donde la mujer aparece siempre poderosa en una miscelánea de imágenes escultóricas y transformaciones, donde se transita, entre lo bello y lo feo, la alegría y la amargura la reclusión y la lascivo, la sensualidad y, la gallina y el caballo, la juventud y la decrepitud, todo ello enmarcado musicalmente en un devenir de cantos y ritmos que se mueven latiendo en un palo flamenco y su opuesto.
Dirección escénica y dramaturgia: Carlota Ferrer
Dirección artística, coreografía y baile: Olga Pericet.
Ayuda a la dirección y asesoramiento coreográfico: Marco Flores
Dirección musical: Olga Pericet y Marco Flores
Composición musical: Antonia Jimenez y Pino Losada
Espacio sonoro: Pablo Martín Jones
Saxo en off: Cristóbal Agramonte
Cante: Miguel Ortega y Miguel Lavi
Guitarra: Antonia Jiménez y Pino Losada